MERY VIñAS, PSICóLOGA ESPECIALIZADA EN ALIMENTACIóN: “SE INCULCA A LAS NIñAS MIEDO A LA COMIDA, A ENGORDAR, PORQUE TAMBIéN SE NOS INCULCó A NOSOTRAS”

Mery Viñas (Madrid, 44 años) es psicóloga especializada en alimentación, está afincada en Barcelona y cuenta con una sólida comunidad de seguidores en redes sociales, en Instagram tiene más de 14.000 seguidores, y administra un canal de divulgación en YouTube que ha vuelto a reactivar a principios de este 2024. Además, lleva una década acompañando a miles de mujeres a aceptar su cuerpo sin tener que cambiarlo desde su consulta en la capital catalana, su página web y su blog. Está también certificada como Mind Body Eating Coach (entrenador de alimentación cuerpo-mente, por traducción al español) por el Institute for the Psychology of Eating de Colorado (EE UU) —único centro del mundo que ofrece dicha certificación—, formación que le ha permitido descubrir aún más la conexión entre mente, emoción y cuerpo y su relación con la comida.

Según afirma esta psicóloga, ningún ser humano nace odiando su cuerpo, ni teniendo una mala relación con la alimentación, sino que, según va creciendo, aprende a relacionarse con la comida de una forma disfuncional. “Si la vinculación con los alimentos no mejora, las consecuencias son el estrés físico y emocional derivados de la restricción en la dieta, la obsesión por la imagen corporal o la preocupación sobre el éxito o fracaso”, explica Viñas a EL PAÍS.

Para ella, es importante hablar sobre la cultura tan normalizada de estar a dieta y de las patologías que pueden derivar de esta tendencia: “Desde pequeñas se inculca a las niñas miedo a la comida, a engordar, porque también se nos inculcó a nosotras, a sus madres o cuidadoras, qué tipo de cuerpo era el correcto o el esperado. Como adultos hemos de fomentar el mensaje de la diversidad corporal”.

PREGUNTA. En cuanto a trastornos de la conducta alimentaria (TCA), ¿cuáles son los datos actuales en España?

RESPUESTA. Se estima que unos 300.000 jóvenes de entre 12 y 24 años sufren algún trastorno de la conducta alimentaria en España [últimos datos de la Fundación Fita —organización que se dedica a la detección temprana y a dar a conocer las señales de alerta de las principales problemáticas de salud mental—]. Nueve de cada 10 los sufren las chicas, según la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia de Cataluña. Es cierto que se están viendo cada vez más casos entre ellos, pero sigue habiendo una gran diferencia entre la presión estética que genera la sociedad hacia el cuerpo femenino.

P. Comentarios a las niñas y adolescentes como “No deberías comer esto” o “Has engordado” perjudican, pero, ¿cómo lo hacen?

R. Está demostrado que este tipo de comentarios pueden generar problemas de imagen corporal negativos, trastornos de la alimentación y baja autoestima, sobre todo en niñas y adolescentes. Los padres y madres han de evitar hacer ese tipo de comentarios, fomentar un ambiente de aceptación a todo tipo de cuerpos y promover una relación saludable con la comida y la imagen corporal, fundamental para el bienestar emocional y físico de las menores. En casa deberíamos ofrecer comida variada sin etiquetar los alimentos como buenos o malos para que no tengan que acabar tomando a escondidas aquello que se les prohíbe.

P. ¿Se preocupan más las niñas y adolescentes de bajar de peso cuando llega el buen tiempo y visten menos ropa?

R. Cuando se acerca el verano, los mensajes de la operación biquini y de que tenemos que cambiar algo de nuestro cuerpo se acentúan. Los grandes errores son las dietas milagro, peligrosas tanto para la salud física como mental, y cualquier tipo de restricción, la ingesta de batidos o pastillas adelgazantes. Cuando estamos restringiendo, nuestro cuerpo entra en estrés y mareamos a nuestro metabolismo. Los estudios han demostrado que la gran mayoría de las personas que están a dieta recuperarán el peso que han perdido en menos de tres años. Así que la dieta o restricción nunca es una opción.

P. ¿Qué orientaciones daría a las familias que tienen dudas sobre si sus hijas están rozando límites peligrosos en su relación con la comida?

R. Que observen si se produce un cambio repentino de conducta y de humor, si hay más interés por cómo se cocina, por los ingredientes, que quiera servirse ella misma la cantidad de comida o cocinar ella. También vigilar si se esconde para comer, si hace más ejercicio físico del habitual, o dice comentarios positivos sobre cuerpos delgados, a la vez que disminuye el rendimiento escolar o se aísla de sus amistades. Percibir una obsesión por la comida o el cuerpo será un signo de alerta.

P. Suele creerse que la delgadez y la belleza llevan al éxito en la vida. ¿Cómo pueden educar los padres de un modo consciente y responsable para evitar caer en estas ideas que pueden dañar a sus hijas?

R. El refuerzo en casa de cara a nuestras hijas debería ser de amor incondicional, quererlas tal cual son. Y, aunque pueden querer mejorar, deben partir de la base de que son admitidas y amadas y que no deben variar por nada ni por nadie.

P. ¿Qué porcentaje de responsabilidad tienen las redes sociales y la publicidad en que las niñas quieran verse más delgadas? ¿Y los padres?

R. Todo lo que antes existía en las revistas femeninas, donde aparecían modelos y dietas a seguir, ahora lo tienen las niñas en sus móviles las 24 horas del día. Ya existe un estudio pionero en España [¿El uso y la adicción a las redes sociales están asociados con los trastornos alimentarios entre los adolescentes?, de mayo 2023] que demuestra que, a mayor uso de redes sociales, mayor probabilidad de desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria. Ciertos perfiles de redes sociales son constantes exposiciones de cuerpos fitness, delgados, recetas saludables, y esto hace sentir a las niñas insignificantes, pequeñas y menos válidas. La ansiedad y depresión se han visto disparadas en los últimos años entre los adolescentes, en parte por el consumo de este tipo de perfiles que para nada reflejan la realidad de la juventud, pero que muchas aspiran a tener.

P. ¿Puede seguirse una alimentación saludable, consciente y equilibrada sin pasarlo mal?

R. En ningún caso deberíamos pasarlo mal al comer. El problema es que asociamos comer saludable con restricción, con hacer dieta y, por tanto, con pasar hambre y sufrir. Cuando te alimentas de una forma flexible, escuchando tu instinto, atendiendo a tu parte racional y, sobre todo, a la información que te está queriendo dar la parte emocional, todo se vuelve más fácil y orgánico. No se trata de seguir normas ni reglas, sino de seguir tus propias señales donde el fin siempre es el bienestar. El qué necesitas es algo que debemos decidir nosotras y no una pauta externa. Por tanto, la variedad y la flexibilidad con la comida son la clave para comer de una forma en la que solo puede haber conexión y disfrute y donde la culpa no tiene cabida.

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